Estructura inesperada encontrada en la congelación profunda del cinturón de Kuiper

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Un nuevo análisis de los objetos del Cinturón de Kuiper (KBO) revela un grupo de cuerpos helados altamente concentrado y previamente desconocido, denominado “núcleo interno”. Este descubrimiento, realizado por investigadores de la Universidad de Princeton, añade otra capa de complejidad a los ya misteriosos confines exteriores de nuestro sistema solar.

El cinturón de Kuiper y sus patrones ocultos

El Cinturón de Kuiper es una vasta región más allá de Neptuno, poblada por rocas heladas, restos de la formación del sistema solar. En 2011, los astrónomos identificaron la primera estructura notable en su interior, el “núcleo”, un grupo de KBO con trayectorias orbitales similares. Durante más de una década, no surgieron más patrones a gran escala… hasta ahora.

La última investigación, dirigida por Amir Siraj, refinó datos orbitales de 1.650 KBO utilizando un algoritmo diseñado para detectar agrupaciones. El algoritmo identificó consistentemente tanto el núcleo original como una agrupación nueva y más estrecha a aproximadamente 43 unidades astronómicas (AU) del sol. Este núcleo interno se destaca porque sus objetos mantienen órbitas notablemente circulares alineadas con el plano del sistema solar.

Por qué esto es importante: un vistazo al pasado del sistema solar

El orden inesperado dentro del núcleo interno es significativo. Las órbitas altamente organizadas sugieren una estructura antigua e intacta, lo que significa que estos objetos no han sido fuertemente perturbados por fuerzas gravitacionales durante miles de millones de años. Esta estabilidad ofrece una ventana única al sistema solar primitivo, lo que potencialmente revela pistas sobre cómo migraron los planetas gigantes y cómo los eventos interestelares pueden haber dado forma a nuestra vecindad planetaria.

“Ese tipo de calma orbital es una señal de una estructura muy antigua e intacta, el tipo de estructura que puede proporcionar pistas sobre la evolución del sistema solar…” – Amir Siraj

Una teoría importante sugiere que la migración hacia el exterior de Neptuno puede haber capturado temporalmente estos KBO en un mismo paso gravitacional antes de liberarlos en su actual disposición agrupada. Otras observaciones pueden confirmar esto o revelar escenarios alternativos.

¿Qué sigue? El papel del Observatorio Rubin

El Observatorio Vera C. Rubin, recientemente operativo en Chile, está preparado para revolucionar nuestra comprensión del Cinturón de Kuiper. Con su capacidad sin precedentes para detectar KBO, ampliará rápidamente el conjunto de datos y podría descubrir estructuras aún más ocultas. Cuantos más KBO cataloguemos, más clara será la historia temprana del sistema solar.

Este descubrimiento refuerza la idea de que el Cinturón de Kuiper no es sólo una dispersión aleatoria de escombros, sino un registro cuidadosamente conservado de los años de formación del sistema solar.