La antigua edad de hielo de Marte: las cicatrices glaciales revelan un pasado helado

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Nuevas imágenes de alta resolución tomadas por el orbitador Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) revelan evidencia sorprendente de una era de hielo pasada en el Planeta Rojo. Las crestas profundas, los valles y las texturas en forma de remolino en una región llamada Coloe Fossae se parecen mucho a las formaciones glaciares encontradas en la Tierra, lo que sugiere que los glaciares alguna vez fluyeron mucho más allá de los polos marcianos, remodelando valles y cráteres.

Evidencias de un paisaje helado

Las características observadas en Coloe Fossae, ubicada a unos 39 grados al norte del ecuador marciano, indican que el hielo mezclado con roca y polvo se deslizó a través de los valles y se acumuló dentro de los cráteres de impacto. Esto sugiere que todo el clima global de Marte experimentó cambios significativos, potencialmente tan recientemente como hace medio millón de años, cuando terminó la edad de hielo más reciente del planeta. El terreno accidentado de la zona, moldeado por una poderosa actividad tectónica que estiró y resquebrajó la corteza marciana, proporciona una prueba más de un paisaje dinámico y en evolución.

Cómo funcionan las edades de hielo en Marte

Las edades de hielo son ciclos climáticos naturales impulsados por cambios sutiles en la órbita y la inclinación de un planeta. Estos cambios alteran la forma en que la luz del sol cae sobre la superficie, lo que hace que las temperaturas oscilen con el tiempo. En Marte, estos antiguos ritmos dejaron cicatrices congeladas que ahora son visibles en regiones como Coloe Fossae. Cuando el planeta se inclina más pronunciadamente sobre su eje, los patrones de luz solar cambian, lo que hace que el hielo polar migre hacia latitudes medias. A medida que la inclinación disminuye, el hielo retrocede, tallando y rellenando el terreno en ciclos rítmicos.

Influencia tectónica en la formación glacial

El paisaje de Coloe Fossae también estuvo fuertemente influenciado por fuerzas tectónicas. El estiramiento y agrietamiento de la corteza marciana provocó que trozos de suelo colapsaran, formando largos canales paralelos. Se pueden ver rastros de escombros en los depósitos arremolinados que se encuentran en el fondo de valles profundos y cráteres de impacto, lo que indica que la región experimentó una importante actividad geológica junto con procesos glaciales.

Un planeta en constante cambio

Aunque Marte actualmente está seco, su historia ha estado marcada por períodos alternos de calor y frío, congelamiento y deshielo, impulsados por cambios en la inclinación de su eje. La presencia de estas formaciones glaciales sugiere que Marte pudo haber sido alguna vez un planeta más dinámico y potencialmente habitable, con condiciones capaces de soportar la acumulación de agua líquida y hielo en regiones alejadas de los polos.

El descubrimiento de estas antiguas cicatrices glaciares proporciona información valiosa sobre el clima y la evolución geológica pasada del Planeta Rojo, destacando los cambios dramáticos que Marte ha experimentado durante miles de millones de años. Una mayor investigación sobre estas formaciones podría revelar más sobre el potencial del planeta para la vida pasada y su habitabilidad a largo plazo.