La vacuna nasal reduce los tumores cervicales en los primeros ensayos

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Una vacuna nasal experimental ha demostrado la capacidad de reducir los tumores de cuello uterino en ratones, ofreciendo un nuevo enfoque terapéutico potencial para combatir el cáncer causado por el virus del papiloma humano (VPH). La investigación, publicada el 12 de noviembre en Science Translational Medicine, sugiere que esta vacuna podría ampliar las opciones de tratamiento para pacientes que ya están infectados con el VPH.

El desafío de los tratamientos existentes

Actualmente, la mayoría de las vacunas contra el VPH, como Gardasil-9, son preventivas y evitan que el virus infecte el cuerpo en primer lugar. Las vacunas preventivas han demostrado ser muy eficaces; Un estudio reciente de 2024 en Escocia informó cero casos de cáncer de cuello uterino entre mujeres vacunadas a los 12 o 13 años desde 2008. Sin embargo, estas vacunas no funcionan en las infecciones existentes. Las pacientes que desarrollan cáncer de cuello uterino deben depender de tratamientos invasivos como cirugía, radiación y quimioterapia.

Esto deja una brecha en la atención de los 660.000 nuevos casos estimados de cáncer de cuello uterino diagnosticados cada año en todo el mundo, la gran mayoría de los cuales son causados ​​por el VPH.

Un enfoque terapéutico novedoso

Investigadores dirigidos por Rika Nakahashi-Ouchida de la Universidad de Chiba en Japón están desarrollando una vacuna terapéutica diseñada para activar el sistema inmunológico para atacar los tumores existentes. Si bien muchos laboratorios están siguiendo este enfoque, el equipo de Nakahashi-Ouchida tomó una ruta novedosa: una vacuna de nanogel administrada mediante aerosol nasal.

La vacuna administra una proteína modificada e inofensiva de una cepa del VPH que causa cáncer. En ratones, esto desencadenó una respuesta inmune, en la que las células migraron desde la mucosa nasal al tejido tumoral en el cuello uterino, lo que provocó la reducción del tumor.

“Me emocionó mucho ver eso”, dice Nakahashi-Ouchida. “No estaba segura de que la vacunación nasal pudiera provocar una respuesta en un tejido tan distante como el cuello uterino”.

El mismo efecto se observó en experimentos preliminares con macacos, donde las células inmunes se dirigieron al tejido cervical después de la vacunación.

¿Qué sigue?

Si bien es prometedora, todavía faltan años para que la vacuna pueda utilizarse clínicamente. El equipo pretende ampliar la eficacia de la vacuna incorporando proteínas de múltiples cepas del VPH. Nakahashi-Ouchida estima que una vacuna nasal viable podría estar disponible dentro de cinco años, en espera de más pruebas y perfeccionamiento. Este posible avance podría representar un avance significativo en el tratamiento del cáncer de cuello uterino, particularmente para pacientes que no pueden beneficiarse de las vacunas preventivas.