Un nuevo mapa interactivo, llamado Itiner-e, ha ampliado drásticamente nuestra comprensión de la red de carreteras del Imperio Romano, revelando un sistema casi un 60% más grande de lo estimado anteriormente. Este conjunto de datos de código abierto reúne siglos de registros históricos, mapas topográficos e imágenes satelitales, brindando un acceso sin precedentes a la infraestructura que sustentaba el poder y el comercio romanos.
La creación de Itiner-e: abordar una brecha significativa
El proyecto surgió de una larga frustración dentro del campo de la arqueología romana. Como explica Tom Brughmans de la Universidad de Aarhus: “Es como el tema más enigmático de la arqueología romana. Incluso tenemos proverbios que dicen: ‘Todos los caminos conducen a Roma’. Entonces, ¿por qué no puedo descargar todas las calzadas romanas? ¿Dónde están?”. La falta de un conjunto de datos completo y accesible impulsó a Brughmans y sus colegas a compilar y analizar estudios existentes, refinando rutas previamente conocidas y rastreando con precisión la red tal como probablemente existía alrededor del año 150 d.C.
La escala de la red: un aumento significativo en la longitud conocida
El análisis exhaustivo revela una longitud total de la red de carreteras de aproximadamente 299.171 kilómetros. Se trata de un aumento considerable en comparación con la estimación anterior de 188.555 kilómetros documentados en el Atlas de Barrington del mundo griego y romano. Esto resalta la importancia de esta nueva herramienta y cuánto no se había registrado anteriormente.
Incertidumbre y precisión limitada: desafíos en la localización de las calzadas romanas
Si bien el mapa proporciona una visión general sólida, señalar la ubicación precisa de las carreteras sigue siendo un desafío. El conjunto de datos muestra que sólo el 2,8% de la longitud de la red se puede localizar con precisión: dentro de 50 metros en regiones montañosas y 200 metros en terrenos llanos. Esto refleja una limitación significativa, a menudo debido a la dificultad para conseguir financiación para extensas excavaciones de carreteras y la repetida construcción de calzadas romanas a lo largo de la historia.
Rompiendo mitos: las carreteras rectas no siempre fueron la regla
El proyecto también arroja luz sobre un error común sobre las calzadas romanas: su famosa rectitud. Catherine Fletcher, de la Universidad Metropolitana de Manchester, señala que “la vía recta no siempre fue barata ni práctica, especialmente en terrenos montañosos”. A menudo, los romanos adaptaron rutas existentes en lugar de construir otras completamente nuevas, lo que demuestra un enfoque pragmático de la ingeniería.
Importancia histórica: las carreteras como impulsoras del cambio
Un mejor conocimiento del sistema de carreteras romano tiene el potencial de remodelar nuestra comprensión de los momentos cruciales de la historia europea. Las vías romanas facilitaron la expansión del cristianismo primitivo, las migraciones masivas y las pandemias en todo el continente, todos ellos acontecimientos transformadores fuertemente influidos por la eficiencia de la red de carreteras. Brughmans cree que el impacto de las carreteras a menudo se pasa por alto en favor de artefactos más visibles, como anfiteatros y arenas de gladiadores.
“Las carreteras a menudo se pasan por alto porque no son tan glamorosas como los anfiteatros y los gladiadores”, señala Fletcher, haciendo referencia a una famosa escena de Monty Python que resalta la importancia a menudo no reconocida de las carreteras.
El completo conjunto de datos de Itiner-e ofrece una oportunidad sin precedentes para que investigadores, historiadores y cualquier persona interesada en la historia romana exploren la vasta red que conectaba el imperio.
Los hallazgos del proyecto se publicaron en Scientific Data (DOI: 10.1038/s41597-025-06140-z) y proporcionan un recurso valioso para profundizar nuestro conocimiento del mundo romano.





































